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Balastros electrónicos

Dimula la luz. Aumenta la eficiencia.

Los balastos son necesarios para operar lámparas de descarga de gas y lámparas fluorescentes para la limitación de corriente. Evitan que la corriente de descarga se eleve sin ser controlada por la ionización de impacto requerida, lo que destruiría la lámpara o activaría el fusible.

Además de los balastos magnéticos, que requieren un llamado arrancador, también se utilizan balastos electrónicos, algunos de los cuales se han vuelto recientemente conmutables y, por lo tanto, regulables. Los balastos electrónicos tienen la ventaja de que requieren un menor amperaje y producen un mayor rendimiento a pesar de su menor consumo de energía, que se refleja en una mayor intensidad luminosa (lumen). Los balastos electrónicos también tienen mejor calidad de luz que los balastos magnéticos. Esto es particularmente evidente en su ausencia de parpadeo.

A diferencia de antes, la última generación de balastos es conmutable. Los balastos electrónicos con interruptor superlumínico son regulables y permiten un rendimiento notablemente superior. Los dispositivos conmutables se pueden adaptar al entorno y proporcionan mejores resultados en la fase de floración de las plantas irradiadas. El uso de estos balastos electrónicos es especialmente ventajoso, ya que pueden controlarse en función de la luz diurna y, por lo tanto, son especialmente eficientes.

La última generación de balastos electrónicos no sólo es regulable, sino que también ofrece una mayor calidad y seguridad. La mayoría de los aparatos están equipados con un sistema de desconexión automática, que interviene, por ejemplo, en caso de cortocircuito, fallo de una lámpara o ausencia de una lámpara. Además, los modernos balastos están protegidos electromagnéticamente y tienen una emisión de ruido reducida.
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